13 Ene Capitalizar la infidelidad
«No es posible nunca acertar con el adulterio, sino que siempre se yerra. […] No hay problema de si está bien o mal, cometerlo con la mujer debida y cuando y como es debido, sino que el realizarlo es, en absoluto, erróneo.»
—Aristóteles.
No hay día que falte polémica tontorrona que sirva de pretexto para lanzarnos a opinar en el ágora digital. Así ha sido siempre, aunque quizá hoy todas las cosas se lleven a la extenuación. Así lo estoy experimentando una vez más, esta vez con la canción de Shakira hacia Piqué.
Por las paredes de mi patio interior ayer rebotaba la canción desde algún piso; Instagram, Twitter, todo, se ha llenado de orwellianas imágenes de esa sala azul. Ayer me monté en el autobús y a mi derecha un chico veía el vídeo, como si la canción me estuviera persiguiendo. No hace falta ser un lince para saber que se vienen meses de intensísima turra con la canción en las radios, las discotecas, y dondequiera que sea. En otoño, Dios proveerá. Ese es hoy el ciclo vital de los lanzamientos musicales.
Los descubridores de mediterráneos e intelectuales que tienen complejo de Midas disertarán con sus palabros conceptuando sesudamente los versos de la canción. Las inventoras de la pólvora dedicarán panegíricos a su valentía, y con sus gafas verán una loba indómita donde yo veo una cantante millonaria monetizando una tragedia familiar, quién sabe si sintiendo la necesidad del refrendo del pueblo, quién sabe si aconsejada por sus hienas de confianza de la industria musical.
Las adolescentes que visten con aros y plumíferos XL repetirán a coro que «las mujeres ya no lloran, las mujeres facturan». Ríanse de la Ética a Nicómaco. Porque, entre llorar una infidelidad o capitalizarla, cómo dudar el camino correcto. Eso sí, esas adolescentes seguirán con su Casio de mierda, y tal como están las cosas, cuando dejen de ser adolescentes no tendrán ni para un Twingo; en cambio, Shakira con sus indómitos aullidos en sujetador fosforito y Piqué, con esa boca capaz de besar a dos mujeres al mismo tiempo, seguirán con sus almas desquiciadas, de famosos putrefactos, abriendo las puertas de sus dramas íntimos para que las moscas entren como entrarían a chuperretear un cordero abierto en canal. Sus hijos crecerán en una familia rota, pero al menos podrán, orgullosos, decir que sus padres, una con canciones y otro con turbios negocios, no dejaron un euro sin rebañar.
María Sánchez
Posted at 09:20h, 13 eneroQue buen artículo . Así es . Valores fuera y rentabilidad ,
Una forma más de prostituirse. Les viene genial para tenernos sedados un par de semanas con este tema y no cuestionar nada más..